otra historia
sucede que recuerdo
haber visto
y empiezo a pensar
que algo de esto podría darle forma a un momento
sin embargo, esta
vez, se que la memoria fragmentada del goce traza el límite
es una extensa y
prolija, además de abstracta, escena
donde aparecen
cuerpos, y otros cuerpos, interrumpidos por silencios, donde los pasos retumban
con fuerza
aplaudo
la acción es
trivial y el texto resulta inútil
cuando la obra termine
hasta los espectadores vamos a estar desnudos
cuesta celebrar, y
no hay euforia, nadie pide por el autor
hay un texto
cerrado, que no es un argumento
en el que llama la
atención la frecuencia con que las palabras desaparecen
imagino que esto un
día, un día feliz, se acabará, nada ni nadie habrá sido para algo
solamente serán
imágenes desde los espejos, silencios en el papel
si hay ruidos
afuera, son actores que hablan
personajes títeres
muñecos monigotes marionetas espantajos,
me detengo en esos susurros
mínimos con la curiosidad de un entomólogo, creo ver
quiero creer ver en
esos gesto de caer en el abismo una monótona repetición de lo irremediable
me rasco la cabeza
desconcertado mientras escucho los ecos del desgarramiento y me fascino como
quien asistirá a la cita
me acerco a la
partida
no hay ya lógica ni
espacio ni tiempo sin una ruta
acá no hay
conflicto sino la puesta de una imagen
las imágenes no pretenden que creamos lo que
cuentan, sino que actuemos como si lo creyéramos, es una puesta en escena, la
puesta de una comedia
en la que no hay ni
título, solamente pura mímica en el escenario, sin palabras, no hay lamentos,
sí onomatopeyas, tal
vez algunas risas esporádicas, intermedios de silencio,
simples movimientos oblicuos que fascinen a la mirada dando profundidad a la
estupidez disfrazada de simplicidad de la percepción, que está allí haciendo de
los días, días dichosos, mentiras felices entre los escombros inclasificables
de un metro de altura, en lo que no hay diferencia entre una mancha y un actor
en movimiento, que después de la catástrofe, encuentra el presente arropándolo
como una mortaja de materia densa
ni siquiera tiene
sexo
dos apuntes más,
siempre falta algo,
advierto que, aunque
desaparezca la acción, estar en el mundo es peligroso, hay peligro de muerte
es mejor manejarse
con imágenes, todo es filmable, las imágenes hacen del mundo un gran espectáculo,
una gran puesta en
escena, llena de brillo y color, con millones de extras contratados, aferrados a objetos y momentos minúsculos, insignificantes, en un giro panorámico se los ve en cámara lenta, con una distancia focal larga y con una
música de fondo que pretende ser rigurosamente fiel a las didascalias de una
comedia paupérrima en la que no queda nada oculto, pura acción física sin
piedad, todo está desnudo, después, al
final
el guión técnico es
muy preciso en cuanto a tiempos y acciones mecánicas, está lleno de notas
siento una puntada
en el estómago
por la que se
vislumbro el abismo sin fondo
una inspiración y
una expiración profunda de simplicidad asfixiante
cerrando los ojos
ante las imágenes, cerrando los ojos ante el recuerdo de las imágenes, no inventando de modo permanente
imágenes de cosas, y hechos de los cuales no podía haber imágenes, las cosas son
como son
viendo bajo la
superficie de las imágenes se llega a los cuerpos, con espesor, sin pudor y sin
vergüenza
también pienso que
de noche se comprende lo que sobra y la experiencia del cuerpo es el modo de
tener un mundo, un mundo propio y un actuar
una versión
grotesca, lúcida y merecida, justa, correspondiente, consiguiente, consecuente
finalmente,
lo dijo gonzalez:
eche veinte centavos en la ranura y vea la vida color de rosa
por eso mismo
siento la necesidad de un último recorrido
de una última cita
con la memoria, pobre, vieja, deformada, y mugrienta
voy a ver una
película sobre la partida,
está ordenada en
cinco actos con cinco partes cada una en los que se desarrollan cinco acciones,
sin persecuciones,
hicieron
desaparecer casi todo de la escena
hay: sólo sillas,
hay: una luz débil,
y murmullos con instrucciones en off, hay palabra y sonido, voz y música,
hay imágenes: ojos
ante el espejo, personajes en penumbras,
hay personajes: tipos
y tipas que ofrecen una historia llena de lagunas y de lugares comunes y objetos
siempre innecesarios,
para el final lo
mejor, una situación mínima, lo que nunca sucederá, en el borde de la nada,
la espera,
ahora sí, para
terminar,
para qué armar
bolonqui sobre la vida y la muerte, el universo y todas esas cosas, con los
trastornos sin importancia de una parodia, son línea a línea una bobada,
se ve, se oye, una
fiesta casi idiota y tragicómica y grotesca, otra esperanza remota de vida
miliunanochesca, con la filosofía poco se goza,
solamente causara
un dolor de cabeza
y, otra vez, el
presente
alejandro fontana
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