martes, 3 de mayo de 2011

fontana conversaciones_con_un_tipo_notable_01

— Yo en su lugar pasaría el tiempo contemplando la realidad.
— ¿Vino hasta acá solamente a deprimirme?
— Para eso cualquier lugar es bueno. Tenía un par de ideas que comentarle, pero tiene que pensar.
— ¿Será muy depresivo?
— Puede ser que sí.
— Puedo esperar.
— ¿Usted, cree en el destino?
— No. ¿No cree usted en todo lo que digo?
— No dije eso. ¿Qué está usted diciendo?
— No estoy diciendo lo que estoy diciendo. No estoy diciendo lo que estoy pensando. En realidad, no estoy pensando lo que estoy pensando. Sólo hay una sola cosa en mi mente. Necesito otra ginebra.
e— Está en pedo.
y— Claro. Por supuesto. No lo dude. Sí. Me parece que siempre le funciona.
— Se comporta como un imbécil.
— ¿Quiero ser feliz? ¿Qué opciones para la felicidad tendríamos en una sociedad controlada por sociólogos? ¿Le gustaría vivir en un mundo así?
— No. No me gustaría. ¿Supone que miento?
— Todos mienten.
— Una triste visión del universo.
— Es la única que tengo. Y funciona bien. ¿Sabes qué fue lo que me pasó?
— ¿Quiere exponer sus secretos? ¿Que sus pensamientos sean transmitidos al mundo?
— No. No puedo. Pero sé cómo hacerlo. Se toma una proposición lógica, sencilla, y la transforma para que al final diga lo que uno quiere decir, en lugar de lo que significa.
— ¿Esto le vino naturalmente o tomó clases de yudo para amantes de la filosofía? Da miedo.
— Lo que dice, es verdad. Es lo más cerca de la verdad que estará. Debería bastar para que se decida a hallar los límites de lo posible. Si decide quedarse, le diré el resto. ¿Cambiaremos el mundo?

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